Konnichiwa!!
Dejando atrás las especias de la India me encuentro en Japón cumpliendo mi sueño de venir al país del “sushi”. Y qué mejor momento que el de los cerezos en flor! Además aproveché para reencontrarme con una gran amiga después de 6 años, Nozomi, con la que comencé a estudiar japonés a los trece años y que además trabajaba en el inolvidable restaurante Ikegutxi de Gernika.
Los últimos días en la India fueron de lo más estresantes. Desde Jaipur a Agra y, tras saludar al Taj Mahal, hacia Calcuta, en un viaje de 30 horas de tren enfermo (os imagináis de qué, no?) y donde la comida que traian cada vez que parábamos en las estaciones era el “channa” ,un estilo de garbanzos que hacía flaco favor a mi resentido estómago. Pero me esperaba Tokio y el reencuentro con mi amiga Nozomi.
Fuimos al parque Yoyogi, uno de los más grandes de Tokio, a disfrutar de los cerezos en flor. La sakura es la flor del cerezo japonés, uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa. Y en su honor, se realiza el festival de “hanami”, durante el cual los japonese suelen salir a comer bajo los cerezos con familia, amigos o compañeros de trabajo. Un momento que acompañan con un “picnic”, que yo tuve el placer de compartir con Nozomi, que trajo la comida, que suele ser lo habitual, aunque es imposible pasar hambre porque hay un montón de puestos de venta callejera que tienen una pinta increíble. Me llamo la atención especialmente los que venden bolitas de pulpo.
Nuestro picnic consistió en una especie de algas llamadas “higiki”, ensalada de calabaza, onigiri (os acordáis de cómo nos lo enseñó Asier?) y bolitas de arroz de mi comida favorita japonesa: “Karaage”. El Karaage es una tecnología de cocinar japonesa que se aplica a varios productos, aunque principalmente el pollo, que consiste en la fritura en aceite. Vamos, un “japanese fried chicken”! Con tanta degustación necesitábamos algo para beber, y por supuesto tocaba té verde frío, de los que están por doquier en todas las máquinas expendedoras.
Una experiencia inolvidable bajo los cerezos, su flor y amigos, que por un momento te trasladan a su cultura y costumbres…
Sayonara! 😉