Desde Mundosabor han realizado un estudio “Alimentos y puntos de venta en España” con 300 hogares aleatorios españoles, con el objetivo de conocer mejor hacia donde camina la alimentación, las tendencias de consumo y los puntos de venta…
La sociedad española está sufriendo cambios muy importantes en los últimos años en torno a diversos factores como la edad, la nacionalidad, ocupación, valores, el estilo de vida, la estructura de los hogares, el grado de formación o la facilidad de acceso a la información.
Todos estos cambios hacen que cada vez sea más difícil compatibilizar los horarios laborales con el hábito de hacer la compra, por lo que nos encontramos con que aspectos como la proximidad y la comodidad están, tanto o más valorados que los precios y las ofertas. Tampoco hay que perder de vista los drivers que mueven a los consumidores a la hora de seleccionar los productos de alimentación. Entre ellos la calidad o la sostenibilidad son factores que se imponen cada vez más como determinantes a la hora de comprar alimentos.
La empresa agroalimentaria percibe todos estos cambios y realiza esfuerzos para adaptarse a todas estas necesidades. Así, en los últimos años están adquiriendo cada vez más importancia nuevos canales de distribución que satisfacen estas nuevas necesidades de la sociedad.
¿Cuales son los nuevos canales de compra de alimentos? ¿Hacia donde van las nuevas formas de comprar y de elegir alimentos? ¿Nos parecen de confianza?
Vamos a intentar dar respuesta a estras preguntas a través de un estudio realizado por nuestros colaboradores de Mundo Sabor, una plataforma online de interacción con el consumidor (anímate a formar parte de su comunidad, todos podemos formar parte de ella!).
Desde Mundosabor han realizado un estudio “Alimentos y puntos de venta en España” con 300 hogares aleatorios españoles, con el objetivo de conocer mejor hacia donde camina la alimentación, las tendencias de consumo y los puntos de venta.
En este trabajo han participado un 70.83% de mujeres y el 29.17% de hombres, como cabeza de la unidad familiar responsable de la compra en casa. El rango de edad de los encuestados varía de 18 a 62 años, siendo de 30 a 40 años el intervalo de edad con más participación.
Han investigado acerca de varios canales de venta: los que se denominan canales habituales (tiendas tradicionales de atención al público de forma directa, especializada o polivalente), los de libre servicio (autoservicios, supermercados o hipermercados); y los canales alternativos a estos.
Los resultados del estudio con consumidores indican que en los hábitos de compra de productos cotidianos como son la carne, el pescado y la fruta es destacable que, de media, el 45.14 % de los encuestados lo compra en la tienda tradicional de atención al público, mientras que el 38.89 % lo hace en las de libre servicio. De estas estadísticas se deduce que la tendencia de las mujeres a comprar la carne y el pescado en tiendas específicas de atención al público (carnicería, frutería…) es superior a la de los hombres, que se decantan más por las de libre servicio, el supermercado. En cambio, en el caso de la fruta las diferencias no son significativas. Así, los denominados canales habituales representan entre el 82 y el 90 % de cuota de mercado frente a otras alternativas.
Los resultados de la investigación recogen nuevas formas y canales de venta, tales como Internet, la venta ambulante o en mercadillos, los pedidos a domicilio, la venta por catálogo o la compra directa al agricultor/productor, entre otras.
La frecuencia de uso de estos canales alternativos oscila entre el 16 %, que ha realizado alguna vez la compra por Internet y el 56 %, que ha realizado la compra alguna vez a través de la venta ambulante o mercadillos.
Estos datos no son elevados y responde a ellos solo una minoría, pero son el principio como alternativa a los canales más tradicionales. Estos canales están valorados positivamente por los encuestados, ya que aumentan la oferta de tener acceso a los alimentos.
Como resumen del estudio se puede concluir que estamos ante un cambio en la compra de alimentos, usando otros canales alternativos a los tradicionales, debido a la falta de tiempo, la amplitud de horarios, la comodidad y al progreso/evolución de la sociedad.
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