Hoy nos toca hablar de una de las EATendencias más apetecibles, puesto que es la más ligada a los aspectos sensoriales de los productos de alimentación y bebidas: SUPERSENSE, experiencia multisensorial.
Hace ya tiempo que hemos pasado de ver la alimentación como satisfacción de necesidades básicas, a la búsqueda en esta actividad tan cotidiana de algo más aspiracional. De hecho mucho de eso es lo que buscamos cuando vamos a un buen restaurante, donde no sólo disfruta el paladar sino que se vive toda una experiencia sensorial y emocional: la sorpresa visual de lo que se puede esconder en un alimento que no es lo que parece, el ruido que produce una textura inesperada… ¿Con sólo ver este plato no se activan vuestros sentidos? Seguro que sí. Pero no es necesario recurrir a la alta gastronomía para tener una experiencia supersense.
Y esto de las experiencias sensoriales viene mucho a cuento, cuando desde esta crisis económica que nos acosa se está acentuando el intentar trasladar las experiencias culinarias extra-hogareñas a nuestras casas.
Todos los sentidos se utilizan en el proceso del consumo de alimentos, contribuyendo cada uno de forma diferente a las reacciones emocionales y psicológicas que acompañan a ese momento, y por lo tanto afectando a la experiencia sensorial. Cada uno de los sentidos asume su papel individual, pero el proceso en el momento del consumo es muy interactivo y es la combinación de todos los sentidos lo que crea la experiencia. La búsqueda de productos que logran estimular al máximo los sentidos, permite al consumidor experimentar desde otra perspectiva la comida, con las máximas cotas de placer.
Supersense hace referencia a los productos alimentarios que buscan activar toda esa actividad multisensorial, persiguiendo una experiencia sensorial intensa y plena. Es una de las tendencias que están más intimamente ligadas a la parte más hedonista del consumidor, que busca huir de las rutinas alimentarias con experiencias diferentes, nuevas u originales. Es, en definitiva, la sensación de sentirse un comensal un poco más exquisito, selecto, innovador y gourmet. Una tendencias para los foodies, los consumidores abiertos, desinhibidos, innovadores, aventureros….y los hedonistas extremos.
Veamos algunos ejemplos de esta tendencia, asequibles al bolsillo de cualquiera que se atreva. Este “simple” helado puede convertirse en toda una experiencia sensorial…ya que tiene la sorprendente capacidad de cambiar de sabor unos pocos segundos después de introducirlo en la boca, gracias a la técnica de microencapsulación que incorpora. Con la microencapsulación se protegen los aromas con un revestimiento de proteína, y este recubrimiento se va deshaciendo con el calor al introducirlo en la boca, liberando el segundo sabor.
Otro ejemplo muy relevante de la tendencia es la de los restaurantes “a ciegas”, basados en la premisa de que cuando uno de los sentidos se elimina los otros se potencian. Comer o cenar en la oscuridad, ofrece a los consumidores la oportunidad de intensificar el sabor, olor y sonido de una buena comida.
Volviendo al consumo en el hogar, podemos tener toda una experiencia Supersense con uno de los múltiples productos que tenemos en nuestros mercados, aunque fuera de nuestras fronteras son todavía más atrevidos. Japón es uno de los destinos en los que podemos encontrar combinaciones más explosivas! (revisar algunos de los post de Asier…). Las opciones a nuestro alcance se van multiplicando: chocolate con sabor a tabasco, vodka con aroma de salmón ahumado, angulas de tripo, spaguetti de café, y por qué no unos nachos de morcilla…la experiencia sensorial está asegurada. Atrévete!