El proyecto europeo ISAFRUIT , realizado en España, Polonia, Grecia, y Países Bajos, ha puesto de manifiesto actitudes y preferencias de los consumidores de estos países europeos respecto a la fruta. Una de las conclusiones del estudio: las personas con preferencia por los sabores ácidos consumen más fruta que aquellas que se decantan por los sabores dulces.
Las encuestas realizadas también han permitido obtener información sobre las características socio-demográficas de los entrevistados, así como su preferencia respecto a una alimentación orientada a la salud, la comodidad, el precio ó la rutina. Y esto es más curioso todavía: los consumidores con preferencia por los sabores ácidos han mostrado otorgar poca importancia a la comodidad. Según los investigadores, el vínculo entre la preferencia por los sabores ácidos y esta conducta puede ser explicado en términos de educación alimentaria.
La investigación apunta también a que fomentar el consumo de fruta durante la infancia favorecería la aceptación de alimentos con texturas y propiedades sensoriales nuevas, haciendo a estas personas más abiertas a la hora de probar alimentos para ellos no familiares.
Otra línea de investigación del mismo estudio se centra en el melocotón y la nectarina, cuya producción en los últimos años en España ha aumentado de manera considerable, principalmente en el caso de la nectarina (gracias a la plantación de nuevas variedades). Según el proyecto ISAFRUIT, las variedades de sabor dulce – tanto en el caso de la nectarina como del melocotón – han hecho registrar la tasa de preferencia más alta entre los consumidores (72%) de los diferentes países de la Unión Europea.
Sin embargo, el consumo de melocotón y nectarina en el ámbito comunitario se ha mantenido estable e incluso ha disminuido en los últimos años. De hecho, en España (donde el consumo actual se sitúa en alrededor de 4 kg/habitante/año), el consumo ha disminuido un 46% desde el año 1989. ¿A qué se debe este descenso?
Los consumidores apuntan a la falta de sabor, el estado inadecuado de madurez de la fruta, la calidad variable y la falta de identificación en los lineales de venta según gusto (dulce o ácido). Desde el punto de vista de la calidad sensorial, el sabor de las frutas de hueso depende de un delicado equilibrio entre azúcares, ácidos y compuestos aromáticos volátiles, así como de un número de factores adicionales, como la textura de la pulpa o el estado de madurez de los frutos. Estos parámetros juegan, por tanto, un papel importante en la satisfacción del consumidor, influenciando en gran medida este sector frutícola. Asimismo, el gusto, el aroma, la textura y el aspecto, son considerados los atributos de calidad más importantes en estas variedades.
Las fotos, de Flickr, son de theseanster93 y Lori_NY