No descubro ningún secreto si digo que el bienestar digestivo es clave para la salud…y le ponemos continuamente a prueba con el estrés, el sedentarismo o la falta de regularidad en los horarios. Los expertos apuntan que una de cada tres personas adultas sufre molestias digestivas de forma habitual en nuestro país.
Ante este panorama existe un interés creciente por parte de las empresas del sector alimentario de no perder el tren de los “alimentos para la salud digestiva”, previendo que este nicho de mercado crecerá de forma importante en los próximos años. Los que por ahora dominan este mercado son los probióticos, y junto a ellos, las categorías de yogures y bebidas lácteas. Eso sí, los reveses vienen de la mano de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), que está rechazando muchas de las declaraciones de salud que acompañan a estos productos.
Pese al liderazgo indiscutible de estos microorganismos, están penetrando en el mercado de la salud digestiva también los prebióticos, enzimas alimentarios o la fibra dietética. En investigación están algunas frutas, hierbas y extractos vegetales. Así, se están estudiando las propiedades beneficiosas del extracto de granada (que ayuda a disminuir la inflamación intestinal), de los extractos de romero o el brócoli para disminuir el riesgo de padecer cáncer de colon.
Probióticos y prebióticos para el bienestar digestivo
Lactobacilus acidophilus, casei, reuteri, LGG, Bifidus ActiRegularis, S thermophilus, etc…son compañeros con nombres extraños pero ya habituales de nuestros hogares. Estos microorganismos, muy habituales en los productos lácteos fermentados como los yogures, sobreviven a la digestión llegando vivas al colón y ayudando a restituir la flora intestinal que pueda haber sido alterada por diversas causas. Unas buenas aliadas contra los “malos” que provocan los desórdenes digestivos.
Las nuevas tecnologías aplicadas a los probióticos, como es la encapsulación, pretenden conseguir que lleguen al intestino el mayor número de bacterias vivas, resistiendo a las condiciones adversas del procesado y almacenamiento así como el medio ácido del estómago.
¿Y los prebióticos que son? Pues digamos que son sustancias “sin vida” que al ingerirse inhiben numerosas bacterias patógenas y favorecen la presencia de bacterias beneficiosas en el colon. Es decir, favorecen el crecimiento de los probióticos. Los prebióticos se producen naturalmente en los alimentos vegetales como la cebolla, la achicoria, el plátano o la alcachofa.
Los prebióticos son una categoría de ingredientes emergente, siendo la oligofructosa el prebiótico más estudiado en cuanto a su capacidad de prevenir y tratar desordenes intestinales como es la diarrea. La inulina es también un prebiótico cada vez más presente en el mercado. Tanto la inulina como la oligofructosa se pueden aplicar con éxito en todo tipo de alimentos y bebidas excepto en productos líquidos muy ácidos con larga vida útil y que se almacenen a temperatura ambiente, como las bebidas carbonatadas.
Mercado en continuo crecimiento
Dentro de los denominados “alimentos saludables” los que tienen la salud digestiva como diana son los que están despuntando en el mercado. Los probióticos, si bien están tradicionalmente asociados a los lácteos y a los yogures en particular, cada vez están apareciendo en categorías insospechadas como los chocolates o aliños para ensaladas como ésta.
Norteamérica es la región líder en cuanto al lanzamiento de productos para la salud digestiva, seguido de Europa, que en el 2010 acaparó el 30.9% de todos los lanzamientos mundiales con este “claim”. Los países europeos más activos son el Reino Unido, Alemania, Italia, España y Francia.
La salud digestiva tiene, sin duda, un futuro brillante pero desafiante…
La foto, tomada de Flickr, es de árticotropical