Mucha gente me ha preguntado cómo lograba comer en Japón la comida que yo quería y como lograba elegir cuando en los restaurantes me daban la carta en japonés y básicamente había dos formas o estaba con alguien que sabia japonés y me traducía o me las apañaba yo. Como ya hemos comentado en post anteriores resulta sencillo conocer gente a traves de redes sociales de viajeros como travbuddy o couchsurfing y además con unos cuantos contactos adicionales que teníamos antes de partir del viaje, tuve una gran cantidad de personas con las que quedar durante mi estancia en Japón.
El problema existía cuando estaba sólo como me las iba a arreglar para pedir algo y que encima ese algo resultase apetitoso. Tanto en China y en Japón han resuelto ese problema de dos maneras, con fotos y con modelos de plástico. Muchos restaurantes, incluso los frecuentados con pocos turistas, tientan en sus menus a sus clientes con fotos en los menus, así te puedes hacer una idea de lo que puedes pedir. Otros tienen modelos de plástico que resultan muy realistas como los de la foto de la cabecera, que seguro que hacen aumentar sus ventas. Como podéis observar no son modelos para los turistas extranjeros sino que son para los propios japoneses como así lo indican los letreros en japonés.
En el barrio de Kappabashi-Dori, en la zona de Asakusa, en Tokyo encontré también el barrio más grande del mundo con tiendas de utensilios de cocina, un verdadero paraíso para cualquier cocinero. En este barrio ademas de disfrutar de las increíbles tiendas, por el gran tamaño, de utensilios de cocina, vendian tambien modelos de plásticos de las comidas.
Esta tendencia de mostrar lo que ofrecen en los platos del menu del restaurante en el menu y en sus comidas, no se ha quedado sólo en Japón y podemos ver como el restaurante Etxanove en Bilbao, que cuenta con una estrella Michellin, lo ha aplicado con las nuevas tecnologías. Lleva ya mas de un año enseñando el menu a traves de una tableta electrónica, donde se puede ver el menu, primeros platos, segundos y postres. Más de una persona me ha confesado que cuando el camarero le pregunta “¿Qué postre quiere?”, el cliente le ha respondido –“Los quiero todos!!”