Como os he comentado en varios post, en el laboratorio sensorial de AZTI-Tecnalia estamos realizando catas comentadas de productos que hemos ido recibiendo a lo largo del viaje de Asier por Japón y Estados Unidos. Si bien confesamos que los productos japoneses en general nos están llamando más la atención que los americanos (será por el exotismo, por el contraste y lo inusual de los sabores o por cómo los presentan…) quería destacar en este post dos productos americanos que nos llamaron mucho la atención, tanto por su forma de consumo, como por el público al que están dirigidos, pero sobre todo por la sorpresa que nos llevamos cuando los probamos!
Y es que quién ha dicho que hay que sufrir y privarse de pequeños placeres cuando se realizan actividades de aventura o largas jornadas de montaña. Y es más, ya no habrá que cargar ni con los platos de aluminio, que aunque no pesan, ocupan. Pues comodidad y calidad sensorial se aúnan en estos productos dirigidos principalmente a montañeros o amantes del “outdoor” en general…concretamente probamos un producto de la marca Mountain House y otro de Backpacker Pantry .
Ambos son productos liofilizados, o lo que es lo mismo, se han sometido a un proceso en el que se congela el producto y posteriormente se introduce en una cámara de vacío para realizar la separación del agua por sublimación (se elimina el agua desde el estado sólido al gaseoso del ambiente directamente, sin pasar por el estado líquido). Esta técnica se lleva utilizando en la industria alimentaria desde hace tiempo, para la conservación y aumento de la vida útil de los alimentos… De hecho estos productos caducaban en el 2017!
En este video podéis ver cómo se preparaban: eliminar el saquito absorbedor de oxígeno que incorporan, hervir agua y echarla directamente sobre el producto en la propia bolsa que lo contiene… dejar reposar unos minutos y listo para consumir directamente desde el envase!
El pollo con arroz al estilo jamaicano de Mountain House tenía una pinta muy buena (presentaba unos colores muy vivos y un aspecto caldoso). Por el contrario no tenía mucho olor ni sabor, desprendiendo un ligero toque a glutamato y donde el sabor picante predominada sobre el conjunto.
El que verdaderamente nos sorprendió (y lo terminamos hasta al final!) fue el pollo al estilo Santa Fe de Backpacker´s Pantry. El producto presentaba un aspecto brillante, acompañado con una salsa amarronada y con colores vivos y variados debido a las diferentes verduras y legumbres que acompañaban al pollo, al arroz y a las alubias. El sabor en este caso era intenso, ligeramente dulce y algo picante. Así explicado y quizás con sólo esta foto, no os resulte demasiado atractivo pero a nosotros nos encantó, destacando tanto el aspecto como la textura.
Y esto tiene si cabe más mérito, cuando hablamos de una circunstancia de consumo que no tiene nada que ver con la de esperar ansioso el momento de la comida tras una caminata de más de 6 horas por el monte… Yo me olvidaría del bocadillo.
La verdad es que este producto, además de equilibrado nutricionalmente, resulta ser cómodo y sensorialmente aceptable (incluso muy aceptable!).
Hay que probarlo!
muy ilustrativo y enrriquesedor