Viajar en Estados Unidos en transporte público puede ser una tarea de titanes para un backpacker o viajero de mochila si se quiere llegar a muchos destinos diferentes. Si los autobuses Greyhounds pueden ser económicos, viajar en ellos durante largas horas puede ser una tortura por el frío que pasas y lo incómodos que son como ya comprobé desde Las Vegas a Flagstaff. Aún así merece la pena la experiencia para conocer la sociedad americana de recursos económicos más limitados que suelen ser usuarios de este servicio y por ejemplo tener la experiencia de desayunar en un MacDonalds en medio de ninguna parte.
Como prefiero no coger aviones, por la antelación que debes de fijar tus desplazamientos para que los precios no sean desorbitantes y por el tema de viajar despacio me decidí por coger la red de trenes americana AMTRAK .
Los trenes de largo recorrido son muy cómodos, algunos muy diferentes a los nuestros y otros no tanto según sean de largo o corto recorrido, pero en todos ellos siempre surgen conversaciones interesantes y una buena oportunidad para comprender un poco mejor la vida americana y de vez en cuando hacer contactos locales que te orienten en la ciudad.
De Portland a Seattle tuve la oportunidad de viajar en un tren TALGO, de origen español, el cual tenía muy buena aceptación entre los viajeros por su excelente comodidad. Disfruté de una amena charla con una familia afroamericana de Chicago que estaba asombrada por la amenaza de nieve que venia para el día siguiente y estaba realizando la lista de la compra para el día de acción de gracias (festividad americana que tiene lugar a cuenta de los pioneros que llegaron a estas tierras a vivir), en la lista incluía el típico pavo, patatas asadas, judías y como no la tarta de calabaza.
En mi viaje dirección a Portland conocí a Clarise una mujer de unos 50 años que estaba encantada de hablar conmigo de viajes y comentar las excelencias de las ciudades americanas en mi ruta. Se entusiasmo tanto que llamo por teléfono a su hijo Justin en el mismo momento, un estudiante de arquitectura, para que quedara conmigo al llegar a Portland y así orientarme en la ciudad. Con él quedé una tarde y gracias a su conocimiento de urbanismo me estuvo explicando como se había expandido la ciudad, que partes eran las más interesantes. Al contarle sobre el proyecto Foodtrendtrotters se entusiasmo y me explicó con multitud de detalles las diferencias de un supermercado con otro, así como la gran ola de conciencia en materia de alimentación que estaba creciendo en su país.
Un lugar muy bueno para conocer más gente en el tren es la cafetería del tren. Está repleta de todo lo que puedas necesitar, pizzas, noodles instantáneos, snacks varios y por supuesto café y té.
El viaje de Seattle a Chicago empezaba con un retraso de 2 horas debido a la nieve que cubría todo el estado de Washington, y se alargaba otras muchas más en las paradas intermedias. Pero a pesar de ello Emma me describió con todo lujo de detalle como era Winochi donde ella vivía, rodeado de montañas y con un par de pistas de ski. En el Dinning car a la hora de la cena conocí a Cris, Anna y Annabelle otros tres viajeros que se dirigían a reunirse con su familia en la noche de Acción e gracias. Disfrutando de una buena tajada de salmón, con judías y arroz debatimos sobre el mejor momento para visitar Estados Unidos y cómo acometer tal intento, lo cual me sirvió de mucho para una próxima aventura por estas tierras.
La pena fue que un retraso de 8 horas en la llegada del tren me hizo perderme la cena de acción de gracias que tenían preparada en el hostel de Chicago según tenía previsto, así que la próxima vez deberé viajar con muchas más antelación.
ya vemos que a pesar de los retrasos y los largos viajes, estos son fructiferos, para ti y el proeyecto en el que trabajais. Y por supuesto que la gente que encuentras es tan hospitalaria y agradable como deseabamos que encontrases. Animo que ya estas en la recta final. Desde casa te enviamos muchos animos y abrazos. Felicidades a todos los que confecionais esta Web.
Hola Asier que pena que perdieras la cena de Acción de Gracias estaba esperando tu comentario!! otra vez será. Parece que no pasa el tiempo ya que lo que cuentas del Greyhound lo viví en el año 1981 viajando de Ohio a Texas y New Orleans unas Navidades, la misma experiencia. A ver que nos cuentas de Chicago, la pasta y pizzas tienen fama de excelentes. Un abrazo,
Acabo de venir de Gino’s y comerme una pizza “pequeña” de las deep pizzas, una buena experiencia gastronómica, estaba buenísima. Aunque Chicago tiene también una buena selección de restaurantes indios, como degusté hace dos días comiendo un Chicken tika masala como si estuviese en Old Delhi.
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A mi me encanta la comida hindú, no sabes la suerte que tienes de poder disfrutarla 😛 Aunque bueno, a mi me gusta todo tipo de comida que sea “diferente”.
¿Y como son allí los restaurantes hindú? Por Bilbao por ejemplo había uno cerca del BBVA de abando y se come bien. Recuerdo que los tíos eran hindús (no se de que zona, el idioma en este caso fue un muro de hormigón, no nos entendíamos muy bien :P), pero no se muy bien quien hace la comida o como… ¿Por allí como se hace? Se pueden ver las cocinas, la preparación…
Un saludo tío!
Viajar en bus con los Greyhound en EEUU da una visión de la otra América y permite entender que es una sociedad totalmente dependiente del coche y del petróleo